La contaminación actual en México es mucho más preocupante de lo que parece. Anteriormente se supo al demostrarse que el cerebro de los habitantes podía tener residuos tóxicos en su interior. Ahora, luego de hacerse explícito el riesgo que suponen las partículas PM 2.5, vuelve a quedar en constancia.
Lo explicó recientemente la doctora Ana Rosa Moreno; quién por cierto, también participó en el estudio en Inglaterra donde se encontraron los residuos. Su relato sobre lo riesgoso que es estar expuesto a partículas PM 2.5 es de las que tienen que conocerse para que las personas tomen medidas; así mismo, consideren seria la situación de vivir en Ciudad de México.
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El dilema de las partículas PM 2.5
Preocupa que las partículas contaminantes en el aire sean clasificadas como cancerígenas por la Organización Mundial de la Salud. No sólo esto, sino que además, sean difíciles de ignorar por el cuerpo humano. Es diferente a las partículas de contaminación regulares como el hollín, las cenizas y el polvo. Aquellas que son partículas PM 2.5 pueden eludir fácilmente las defensas naturales del organismo.
Básicamente, el cuerpo humano es capaz de filtrar en la nariz partículas que sean de diez micras, conocidas como PM 10. Así, se evita que estas alcancen los pulmones y el torrente sanguíneo e intoxiquen con su presencia al organismo.
Desgraciadamente, no es lo mismo que sucede con las partículas PM 2.5; pues su tamaño es mucho más reducido, y no se filtran por el cuerpo humano. Esto facilita su ingreso al cuerpo de las personas, almacenándose en pulmones, sangre, e incluso llegando al cerebro.
Hasta ahora, parte de las medidas de contingencia que sugieren es la de evitar salir de casa si no es absolutamente necesario. Los niños y los ancianos deben permanecer a resguardo hasta que la contaminación disminuya en la ciudad. También el sellar puertas y ventanas y mantenerlas cerradas para evitar que los residuos entren a las casas.
Cualquier actividad física que se vaya a realizar, debe ser también dentro de los muros de su hogar; y es que al poner en movimiento el cuerpo, se respira mucho más de lo normal. Todo con tal de evitar la intoxicación.
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