Son cada día más los adolescentes que toman como primera opción estudiar ingeniería o ciencias afines. Por ello, se dice que conservan buena parte de los roles de género de generaciones pasadas.
Chicos en edades comprendidas entre 16 y 19 años con un 43% de preferencia, indican que desean estudiar ingeniería o cualquier carrera relacionada con las Ciencias Exactas. Esto puede estar jerarquizado por sexo; ya que quienes desean forjar conocimientos en base a la ingeniería por lo regular son los varones. Mientras que las chicas centran sus intereses en estudios relacionados con la medicina, derecho y ciencias sociales.
La teoría social explica que hay diferentes roles, tanto para el hombre como para la mujer. Son lo que conocemos como “estereotipos”, que los jóvenes sufren bajo cualquier criterio y circunstancia. Muy rara vez vemos mujeres en el campo de la ingeniería, a pesar de que sí las hay. Sin embargo, la modernidad en algunos ámbitos ha roto con esos esquemas.
Las carreras conservan género
Sí, tal como afirmamos anteriormente, las carreras tienen género desde que tenemos uso de consciencia. Para aquellos estudiantes de secundaria, los grados referidos a las Ciencias Sociales y las Jurídicas son los más relevantes. A este punto; podemos decir que tanto las Ciencias Exactas como las Sociales tienen un rol protagónico en la vida de los adolescentes.
Esto no suele ocurrir con las carreras técnicas, acá se presente el caso contrario, dos de las tres carreras en este renglón más demandadas es la informática y la ingeniería industrial. Los datos, establecen que las ingenierías resultan ser más populares en aquellos que reciben educación privada o concertada, a diferencia de los egresados de escuelas públicas.
Medicina: una de las carreras a la par de la Ingeniería
Medicina; resultó ser una de las carreras más demandadas por los estudiantes, luego le siguen opciones como Psicología, Educación Infantil, Enfermería, Educación primaria entre otras. Lo que queremos dar a entender en este artículo, es que muchas veces los jóvenes siguen cubriendo ese patrón de selección, en especial en el caso de los hombres. No se sabe a ciencia cierta si es algún componente genético que les motiva a la fascinación por los números.
