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Logran compuestos opiáceos a partir de levadura genéticamente modificada

levadura
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Desde hace mucho tiempo, los seres humanos hemos empleado la levadura si de hacer pan se trata o fermentar cerveza. Lo que no esperábamos era que se pudiese usar para obtener de ella medicinas que comúnmente se pudieran extraer de las plantas.

Uno de los más solicitados son los calmantes opiáceos, sustancias de las más eficaces cuando se requiere aliviar el dolor. Habitualmente dichas sustancias sólo se obtenían de plantas como amapola, tras un largo y costoso procedimiento de extracción.

Como resultado, hoy existe una gran demanda de calmantes opiácea, la que pudiera ser cubierta con el tratamiento genético de la levadura.

Protagonistas: Levadura, cepas y ADN

Científicos encargados del estudio, experimentaron con cepas de levadura, inyectándoles fragmentos de ADN modificado de plantas, microbios y ratas. El ADN inyectado cifraba las disposiciones, la levadura daba vida a las enzimas haciendo que las células fabricasen las sustancias opiáceas.
En otras palabras,  los genes modificaban la cadena metabólica natural de la planta para lograr la sustancia deseada. Es la simplificación química más compleja que se ha realizado en la levadura.

Para una cepa fueron requeridas 21 enzimas, obteniendo tebaína presente en el opio, pionero de los opiáceos en medicina. Aunque la tebaìna se manipula con complejos procedimientos farmacéuticos, el proceso acorta tiempo de esperar el crecimiento de la amapola.

A partir de un procedimiento más sensible, la segunda cepa arrojó hidrocodona, que neutraliza los receptores del dolor del cerebro. Con ambas cepas, se empleaba el azúcar para producir las sustancias.

Queda demostrado que de la levadura se obtiene no solo compuestos propios de la amapola sino otros que ésta no produce.

Esto es sòlo el comienzo, ya que las técnicas aplicadas se pueden adaptar y generar otros compuestos medicinales.

No obstante, se requieren mas estudios para que este método se convierta en una verdadera alternativa.

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