Se trata de los metamateriales, son elementos donde su función está determinada por la estructura que poseen a una diminuta escala y no por la composición química que traen, han sido creadas para poder desviar la luz y el sonido, para convertirse de blandos a rígidos, e inclusive para poder atenuar las distintas ondas sísmicas de los terremotos y dar mayor seguridad.
Para cada una de esas características o funciones específicas de la estructura mecánica concisa, lo que lo transforma en increíbles elementos para las labores, pero poco beneficiosas para un manejo más generalista.
Sin embargo, ¿qué sucedería si algún metamaterial lograse poseer todo lo requerido para ajustar la estructura de forma autónoma y con sencillez, dejándole así pasar de una aplicación a otra muy diferente?
Parece ser que fue lo que han logrado varios científicos pertenecientes a la Escuela John a. Paulson de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS, por las siglas al inglés), y del Instituto Wyss para la Ingeniería Biológicamente Inspirada, en las dos entidades relacionadas a la Universidad Harvard en Estados Unidos.
El grupo de Johannes Overvelde, Karia bertoldi y Chuck Hoberman ha conseguido crear un marco general para el diseño de metamateriales que se pueden reconfigurar.
El método de ese diseño es totalmente autónomo de la escala, lo que sugiere que se puede emplear tanto para las estructuras medibles en metros como en otras del orden de los nanómetros. Cristales fotónicos, guías de ondas y metamateriales con el fin de guiar todo calor, son diversas de las características más concisas del nuevo avance en relación a los metamateriales analizado por el grupo de científicos.
Solo queda esperar como irá evolucionando la investigación y que otras utilidades se le puede hallar a estos metamateriales con la finalidad de hacer un trabajo más óptimo en varias secciones determinadas.
