El cambio climático no es un juego. Muchos fenómenos alrededor del mundo producidos por las alteraciones meteorológicas lo dejan claro. Lugares que antes no sabían lo que era una ola de calor ahora han llegado a padecerlas. Los territorios construidos a base de hielo empiezan un lento pero indetenible proceso de descongelación que aumentará el nivel del mar y amenazará la tierra sólida en un futuro no demasiado lejano.
La concentración de la temperatura y su ascenso no le hace bien a nadie, y sin embargo, continúa incrementándose. Pone en amenaza la vida de la humanidad y de cualquier especie viviente de muchas formas; una de las más alarmantes, es en un posible escenario donde se nos prive de nuestro sustento principal para vivir: el alimento.
No es una exageración. Estudios enfocados en deducir lo que nos depara están advirtiendo un escenario caótico en el que nos quedemos sin varias fuentes de nutrientes. Todo a causa del cambio climático y la alteración de las temperaturas alrededor del mundo de una manera que nunca antes se vio.
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Perderemos varios alimentos para el 2050 a causa del cambio climático
La desertificación, las sequías, los azotes climatológicos extremos así como el solo aumento progresivo de la temperatura, inciden e incidirán de manera acentuada en la matriz de muchos alimentos consumidos a lo largo del mundo.
Esto se traduce a una reducción de tierras fértiles para sembrar, y la extinción de especies de plantas incapaces de soportar modificaciones radicales de su temperatura y ambiente.
No es una suposición, sino una crónica anunciada por varios estudios científicos que apuntan al incremento del calor en los veranos sobre muchos países principales productores de algunos alimentos.
Australia, Canadá, China, Estados Unidos y la India, están cerca de sufrir una reducción en la producción del trigo. Mientras más se acorten las temporadas de invierno y de precipitaciones en las estaciones a causa de las temperaturas altas, menos cosecha habrá de este alimento tan fundamental en la dieta de millones de culturas en el mundo. Los estudios apuntan a una disminución de hasta el 27% en los cultivos para el año 2050.
El cambio climático hará que la cerveza y el chocolate sean un lujo
La abundancia de cerveza y chocolate mermarán de igual forma. Malas noticias para los fanáticos de estos dos alimentos, que por cierto, no son pocos. En el caso de la cerveza, su principal ingrediente que es la cebada, se muestra increíblemente vulnerable a los azotes de calor.
Ya lo han advertido científicos de la Universidad de California-Irvine, en un estudio publicado en la revista Nature . Las observaciones y las proyecciones sobre el avance del calor en las tierras de Europa y Norte América amenazan los cultivos de cebada.
A lo largo de este siglo XIX se espera que, progresivamente, la cebada escasee en producción hasta un 17% menos de forma global. De la misma forma, los países con mayor producción de cerveza verían un 40% menos de la gloriosa bebida.
Desde Ghana y Tierra de Marfil continúan las malas noticias; ambas tierras también experimentarán falta de cacao por el mismo motivo. El cambio climático es suficiente para afectar a las ya de por sí sensibles especies de cacao.
Con que el ambiente en esas tierras suba dos grados centígrados (que en efecto, sucederá en las siguientes décadas) y se disminuyan las reservas de agua, bastará para que el chocolate se vuelva un privilegio; una pieza rara que no todos podrán degustar. Tanto el precio de este manjar, como de la cerveza se dispararán y dejarán de ser accesibles para el público en general.
La lista de víctimas sigue y el vino no se queda atrás
Otro tipo de cultivo que ya está empezando a sentir los estragos que deja atrás el cambio climático es el del vino. Europa presencia en estos últimos años un adelanto en las fechas de vendimia de este tipo de licor tan disfrutado por muchos.
Cada vez más cerca del verano, los productores ahora se apresuran en sacar sus productos cuando mejor lucen y conservan sus propiedades atractivas antes de que se estropeen por el clima.
De la misma forma, los mapas vitivinícolas están sufriendo un cambio, desplazándose a otras zonas y abandonando las que, por culpa del calor, dejan de ser aptas para la siembra y producción del vid.
Esto ante un panorama nada prometedor, en el que se calcula una reducción del 73% de viñedos en países como Australia, California, Chile, Sudáfrica y Nueva Zelanda; todos conocidos por ser los mayores productores del fermento.
Por si no fuera suficiente el cambio climático, los pesticidas también perjudican los cultivos
Todos los organismos vivos sufrimos de una forma u otra por el calor en ascenso. Las abejas no escapan a esto, y sumando al peligro que se exponen frente al efecto de los pesticidas, el porcentaje de mortalidad es peor de lo esperado.
Estos insectos juegan un papel fundamental en la preservación de muchos cultivos. Sin las abejas, por ejemplo, se perdería el rendimiento de al menos ocho especies de cereales que dan el 80% de alimento al mundo. Ahora el panorama luce poco prometedor para ellas, con un trío mortal: el cambio climático, los pesticidas, y la pérdida de su hábitat.
Visto así, no hay más que pérdidas por cualquier lado afectado a causa del cambio climático. Las advertencias de lo que sucederá en las siguientes décadas son reales. La escasez de alimentos, un tema preocupante que muchos expertos se esfuerzan por buscar solución.
Hasta ahora, además de insistir en el cese de uso de combustibles contaminantes y buscar otras alternativas de energía limpia, están en la búsqueda de especies de plantas mucho más resistentes. Aquellas que puedan soportar en mejor grado los períodos de sequías, o los terrenos cuyas temperaturas son más altas de lo normal.
La pregunta es si esto será suficiente para que el cambio climático no suponga un problema letal para la humanidad.
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