El agua, junto con el oxígeno, son por mucho los elementos más importantes para la vida en el planeta. Eso desde el punto de vista biológico es una realidad innegable, sin embargo, si vamos a un contexto social; el agua es un recurso obligatorio para la sociedad. Es el eje central alrededor del cual giran muchas de nuestras actividades diarias y, además, es un derecho fundamental que permite el ejercicio de otros derechos humanos, tal como lo establece la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
No solo es vital para hidratarnos, sino que también nos sirve para cocinar, para nuestra higiene e incluso para asear nuestra vivienda y pertenencias. La limpieza de nuestros espacios, la preparación de alimentos, y por supuesto, la hidratación, se encuentran fuertemente ligadas a un suministro constante y seguro de este elemento imprescindible.
Si bien es cierto, el Estado, conjuntamente con las empresas contratistas deben proveernos del vital líquido, existen situaciones de emergencia en las que nosotros debemos tener planes de contingencia para seguir suministrando agua en nuestra vivienda para suplir nuestras necesidades y de nuestras familias. Es un acto de responsabilidad prepararnos ante eventualidades como cortes en el suministro o situaciones de crisis que puedan interrumpir la provisión regular de agua a nuestro hogar.
Ahora bien, en la actualidad, la previsión sobre cómo gestionar este recurso en situaciones adversas es más necesaria que nunca. Integrar en nuestro hogar sistemas como una bomba de agua puede ser un aliado estratégico para mitigar los efectos de una interrupción en el servicio.
En este artículo queremos proponer diversas estrategias para almacenar agua en caso de emergencia, que podemos implementar en nuestra vivienda, para que sin importar lo que pace a nuestro alrededor, sigamos disfrutando del vital líquido en perfecto estado.
Importancia de tener un plan de agua de emergencia
Sin importar donde nos encontremos, bien sea en la muy avanzada Europa, o en algún lugar de Latinoamérica, todos por igual debemos tener un plan de emergencia en torno al agua, ya que es una manera de vivir preparados ante un adversidad en la que estamos expuestos todos por igual.
Vivimos en un contexto en el que las situaciones de crisis pueden surgir de manera abrupta y sin previo aviso, donde la anticipación se configura como nuestra mayor aliada para enfrentar imprevistos. Así, las estrategias para almacenar agua en caso de emergencia pasan a ser un pilar fundamental en la preservación del bienestar y seguridad de nuestras familias, dotándonos de una tranquilidad relativa al saber que, ante ciertas eventualidades, el suministro vital sigue asegurado en nuestro hogar.
En este sentido, es vital considerar las posibles causas que pueden interrumpir el suministro regular y entender cómo estas situaciones podrían ser manejadas o, al menos, paliadas mediante una gestión del agua meticulosamente planificada.
Veamos algunas de las posibles situaciones de emergencia:
- Desastres naturales: terremotos, huracanes, inundaciones, entre otros.
- Accidentes o fallos en la infraestructura de las redes de suministro.
- Conflictos sociales que deriven en sabotajes o daños a las estructuras de distribución.
- Problemas técnicos en las plantas de tratamiento o distribución de agua.
- Escasez o crisis hídricas en la fuente de suministro.
- Problemas de contaminación que hagan inviable el suministro seguro.
Analizando las circunstancias expuestas, es evidente que no importa donde estemos, la vulnerabilidad del suministro de agua es un tema que no debe ser tomado a la ligera. Los desastres naturales, por ejemplo, no solo pueden interrumpir el servicio, sino dañar la infraestructura de tal manera que se necesiten semanas, o incluso meses, para restablecerlo completamente.
Los accidentes o fallos en la infraestructura tampoco son ajenos a ninguna ciudad, incluso sin la presencia de desastres evidentes. Además, en un escenario donde la política y los conflictos sociales pueden erigir barreras inesperadas, las tanques de agua en nuestros hogares se erigen como un escudo frente a la inestabilidad, asegurando que, pese a las adversidades externas, nuestras necesidades básicas continuarán siendo satisfechas.
5 Estrategias para almacenar agua en caso de emergencia
Ya que terminamos de analizar la necesidad de estar asegurados, ahora podemos empezar a analizar las estrategias para almacenar agua en caso de emergencia. Entender que todos somos vulnerables ante un corte de suministro y las potenciales amenazas a este, nos empujan a considerar, con mirada previsora y meticulosa, las diversas tácticas que podrían salvaguardar la estabilidad hídrica en nuestro hogar.
Hemos reunido algunas de las estrategias par almacenar agua en caso de emergencia, que van desde la implementación de una motobomba comunitaria, hasta un sistema de saneamiento doméstico.
1. Almacenamiento en recipientes apropiados
Almacenar agua no se trata de llenar unos recipientes cualquieras, sino que para que esta sea útil a futuro, es crucial seleccionar recipientes diseñados para el almacenamiento, garantizando que el líquido se conserve en condiciones óptimas y libre de contaminantes.
En estos casos, es totalmente recomendable buscar aquellos que sean de grado alimentario y que cuenten con sellos herméticos para preservar la calidad del agua durante períodos prolongados.
- Recipientes de grado alimentario: evitan la contaminación del líquido, como por ejemplo, una cisterna de agua.
- Bombas manuales: para extraer agua sin comprometer el resto del almacenaje.
- Tabletas purificadoras: permitirán mantener el agua libre de microorganismos.
- Etiquetas resistentes al agua: para registrar la fecha de almacenamiento y garantizar la rotación.
2. Sistemas de captación de agua pluvial
Implementar un sistema de captación de agua pluvial no solo es una táctica eco-amigable, sino también una estrategia robusta para contar con una fuente alterna de suministro. La instalación de para “cosecha agua” permiten acumular grandes cantidades que, con el tratamiento adecuado, puede convertirse en una fuente vital durante emergencias.
- Canalones y bajantes: dirigirán el agua hacia el área de almacenamiento.
- Filtros de primera lluvia: eliminan los primeros contaminantes.
- Depósitos o barriles: deben ser oscuros para evitar el crecimiento de algas.
- Sistemas de filtración y purificación: para asegurar la calidad del agua antes de su uso.
3. Reservas estratégicas en ubicaciones seguras
Con elegir un sistema de reservorio de agua no es suficiente, sino que existe también protocolo donde se designen espacios específicos y seguros para poder almacenarlos. Además, deben estar distribuidos estratégicamente por la vivienda, para facilitar un acceso rápido y seguro al recurso en caso de emergencia.
- Contenedores robustos: que ofrezcan resistencia a condiciones adversas.
- Espacios elevados: para evitar contaminación por inundaciones.
- Zonas de fácil acceso: para minimizar el tiempo de recuperación del líquido.
- Listado de ubicaciones: disponible para todos los miembros del hogar.
4. Creación de una red de suministro comunitario
En la actualidad, con un enfoque creciente en la solidaridad y la cooperación vecinal, la implementación de una red comunitaria para compartir y distribuir recursos puede ser una táctica de resiliencia. Según datos del Informe Mundial sobre Desarrollo de los Recursos Hídricos 2021 de la UNESCO, las estrategias colectivas incrementan en un 70% la eficacia de las medidas de preparación frente a sequías e inundaciones.
- Convenios formales: establecer pautas claras con los miembros participantes.
- Sistema de registro: para controlar los aportes y consumos de cada familia.
- Plan de distribución: que asegure que el recurso llegue equitativamente a cada hogar.
- Talleres de formación: para educar sobre uso eficiente y tratamiento del agua.
5. Implementación de tecnología de purificación doméstica
La tecnología de purificación de agua ha avanzado de manera significativa, ofreciendo soluciones portátiles y domésticas que permiten aprovechar fuentes de agua no potable. Según la OMS, más del 29% de la población mundial no tiene acceso a servicios de agua potable seguro. Esto hace que, este tipo de innovaciones se conviertan no solo una herramienta ante situaciones de emergencia, sino que una necesidad en muchas regiones del planeta.
- Filtros de ósmosis inversa: para purificar agua de fuentes no seguras.
- Dispositivos UV: que eliminan bacterias y virus sin alterar el sabor o color del agua.
- Filtros de carbono activado: para remover impurezas y mejorar sabor y olor.
- Manual de uso y mantenimiento: que asegure una operación y cuidado adecuados.
Estas son algunas de las tantas estrategias para almacenar agua en caso de emergencia que se pueden implementar en una vivienda, pero aplicables en prácticamente cualquier espacio donde se necesite del vital líquido. Poner en marcha estos planes, refuerza la autonomía del hogar y promueve una gestión consciente y respetuosa del recurso más precioso.
