La espiritualidad ubicada en el cerebro
Si como lees, un equipo de científicos ha localizado una zona ubicada en el cerebro donde se origina las experiencias trascedentes de una persona, sea esta o no religiosa. Se localiza específicamente en el lóbulo parietal izquierdo.
El estudio llevado a cabo evidenciaba que existía una actividad diferente en el lóbulo parietal, lugar del cerebro donde se vincula la consciencia de si mismo y de los demás. Este lóbulo es uno de los cuatros lóbulos predominantes de la corteza cerebral.
Y para los que se preguntan ¿De que sirve esto? Pues su comprensión ayudaría a entender como esas experiencias espirituales juegan un papel importante en la resiliencia, restablecimiento de la salud y tratamiento de las adicciones.
En el pasado ya se habían llevado a cabo investigaciones similares, pero solo en mojes y mojas budistas. Primera vez llevado a cabo en personas con una vida típica. Y a pesar de que las experiencias del pasado eran muy diferentes, los investigadores encontraron similitudes. Las similitudes halladas fueron las actividades en el córtex parietal de todos ellos.
La espiritualidad ubicada en el cerebro
El estudio consistió en dos partes. La primera parte en preguntarles a los participantes de la investigación experiencias positivas o negativas del pasado que hayan sido trascendentales para ellos. Alguna conexión con una fuerza superior, o presencia espiritual.
Luego de una semana, los mismos eran sometidos a un examen cerebral, una resonancia magnética funcional. En la cual se registraba la actividad neuronal a su vez que los participantes escuchaban de una voz femenina el relato de su propia experiencia previamente contada por ellos mismos.
En esa segunda parte los investigadores buscaban que estos recordaran la experiencia que ellos mismos habían descritos; además de observar a tiempo real la actividad cerebral de cada uno. De esta manera poder determinar así como ubicar la espiritualidad a nivel cognitivo.
Como resultado los científicos observaron que al recordar dichas experiencias, se apreciaba un esquema de actividad neuronal muy parecida en el lóbulo parietal inferior izquierdo. También una actividad menos en el tálamo medial y caudal, ambas regiones vinculadas a lo sensorial y emocional.
La única limitante de los investigadores es que el estudio se llevo a cabo en una población total de 27 jóvenes adultos de una misma localidad geográfica. Es necesario ampliar la investigación para poder aseverar y verificar tal afirmación.
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