
La teoría nebular afirma que el Sol y los planetas se constituyeron a partir de una nube de polvo estelar. Esta es la base fundamental de esta teoría, la cual nace para explicar la formación de los planetas.
Al parecer nuestro Sistema Solar es único, tiene una organización mucho más precisa que muchos otros sistemas planetarios estudiados hasta el momento.

La teoría nebular de la creación fue presentada por el científico francés Rene Descartes en el año 1644. El enunciado nos dice: “que la nebulosa primitiva se contrajo y se enfrió bajo el efecto de las fuerzas de gravitación. Formando un disco plano y dotado de una rotación rápida. El núcleo central se hizo cada vez más grande. Posteriormente, debido al aumento de la velocidad de rotación aparecieron fuerzas centrífugas que formaron los planetas”.
Seguidamente, en el año 1721 el sueco Emanuel Swedenborg, asevera que el sistema solar se creó por la existencia de una gran nebulosa. En cuyo centro se concentraría la mayor parte de la materia formando el Sol y cuya condensación y rotación acelerada daría origen a los planetas. De la misma manera se formarían los satélites con respecto a cada planeta. El problema de esta teoría es que no explica el reparto del momento angular en el sistema solar.
Descripción de la Teoría Nebular del sistema solar
La teoría nebular de la creación también plantea que el Sistema Solar alcanzó la forma actual a partir de una nebulosa de gas, hace más de 4500 millones de años. La gran nube de gas molecular fue afectada por cierto fenómeno que habría tenido lugar en los alrededores. Como la explosión de una supernova o el paso de una estrella que produciría un fuerte impacto gravitacional.

El resultado de este evento hizo que la materia se aglomera en distintos lugares. La alta concentración de materia, indujo que la nebulosa colapsara. Convirtiéndose en una protoestrella, (cuerpos cuya característica es la de estar rodeados de nubes y contener dentro materia preplanetaria).
O sea, materia gaseosa en la parte más externa y sólida hacia adentro.
En el núcleo de esta estructura la temperatura es tan dominante que se originan reacciones nucleares para compensar la fuerza gravitatoria. Lo que acarrea a un equilibrio hidrostático y a la formación de una estrella fundamental: el Sol.
En otras zonas, la aglomeración de materia comenzó a fundirse, originándo grandes bloques. Que, bajo la presión de sus fuerzas de gravedad, obtuvieran formas esféricas, es decir, los planetas.
Estos cuerpos empezaron a estabilizarse y ante la ausencia de nuevas colisiones, equilibraron sus órbitas. Las que, debido al momento angular de la nube gaseosa, empezaron a girar en la misma dirección.