Las células madre del corazón no reparan ni repararán el músculo cardíaco

Las células madre del corazón

Luego de un largo debate, una controversia que ha tomado tiempo, y muchas otras especulaciones, los expertos en cardiología se han puesto de acuerdo. Y han determinado algo, que muy a pesar de todo, es triste para los adultos. A lo que nos referimos, es que las células madre del corazón no son capaces en realidad de producir músculo. Ni tampoco lo serán jamás.

Dichos elementos primordiales en el tejido se encargan básicamente de generar otro tipo de células. Las involucradas tanto con los vasos sanguíneos, como las células inmunitarias, concretamente. Las creencias de que también podían derivar en músculo cardíaco nuevo, sin embargo, ha sido desterrada oficialmente.

Todo gracias a la tecnología, y a la insistencia de los expertos en la materia. Mediante tecnologías moleculares, genéticas, y de otros tipos altamente avanzadas, se llegó a la conclusión. Un corazón tras pasar por un infarto al miocardio, no puede recuperar su músculo degradado.

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Las células madre del corazón no pueden renovar el miocardio

La búsqueda de las células madre del corazón en el tejido cardíaco nunca dio indicios de que existieran unas capaces de reparar el miocardio. A pesar de los esfuerzos de los científicos por intentar ubicarlas, los resultados fueron infructuosos.

Después de mucho tiempo debatiendo el tema; y tras miles de trabajos afirmando la existencia de células madre, la hipótesis es desechada de forma definitiva. A final de cuentas, las células precursoras dentro del corazón sólo pueden producir nuevos vasos sanguíneos y células inmunitarias. Nunca las del músculo cuando se daña.

Las células madre del corazón

El estudio que lo logró se realizó por diversos investigadores. Miembros del Instituto Hubercht, del Centro Médico de la Universidad Ámsterdam, así como el Instituto Francis Crick y la École Normale Superieure. En él, los expertos determinaron de manera minuciosa la línea de evolución que seguían todas y cada una de las células cardíacas. Ninguna, tras un daño, recomponía el músculo cardíaco.

De modo que ahora se puede mejorar la atención de los otros estudios en curso. En vez de dar vueltas en un asunto que no va a llevar a nada, podrán enfocarse en nuevas alternativas para tratar los daños post-infartos. El conocimiento, así sea duro de asimilar, siempre ayuda para iluminar el camino de la ciencia. Este es uno de estos casos.

Fuente: PNAS

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