Hay cosas que vienen de la antigüedad y por mera norma protocolar impuesta por la sociedad, es que se siguen utilizando a pesar de lo odiosas que resultan. Para las mujeres, los tacones, y para los hombres, las corbatas. ¿Pero qué pasaría si la salud se pusiera por encima del protocolo? Quizá el mundo sería más feliz, más cómodo, más saludable. Y sí, decimos má saludable porque ambas cosas afectan en cierto grado la condición de las personas.
Centrándonos en los caballeros, ya es preciso afirmar que las corbatas pueden afectar su capacidad de razonamiento. Exacto, tal como se lee. Esos odiados lazos de tela brindan una apariencia “distinguida” a cambio de robarte 7.5% del flujo de sangre al cerebro.
Así lo demostró un estudio realizado por el Hospital Universitario de Schleswig-Holstein en Alemania. Su publicación en la revista New Scientist explica cómo fue que llegaron a esta conclusión. Como siempre, la prueba en vivo mediante técnicas científicas fue el determinante para llegar al meollo del asunto.
Para empezar, el Dr. Robin Lüddecke junto a sus compañeros de trabajo seleccionaron a 30 hombres completamente sanos. A estos, se les enseñaron las maneras de vestirse formal. Posteriormente, a la mitad de ellos se les solicitó que vistieran usando una clásica corbata con nudo Windsor firme, mientras que el resto, sencillamente con una camiseta de cuello abierto, holgado.
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Las corbatas han arruinado las decisiones y el discurso de muchas personas sin que ellas lo sepan
Decir que posterior a esto, no consiguieron diferencias evidentes frente a las Resonancias Magnéticas Cerebrales realizadas en ambos grupos, sería mentira. Aunque no fue un cambio significativo, se comprobó que el nudo de las corbatas presionaba lo suficiente las venas del cuello como para impedir que el flujo de sangre al cerebro llegara al 100%.
El flujo reducido no ocasionaría ningún efecto dramático en el momento, sin embargo, es un porcentaje suficiente para afectar otras áreas más sutiles e igualmente importantes, como por ejemplo, las capacidades cognitivas del usuario. Menos sangre al cerebro se traduce a menos oxígeno, lo que le ayuda a mantener sus funciones de forma óptima. Las corbatas entorpecerían este proceso, así como lo es el de tomar decisiones o hablar correctamente.
Curioso es que dentro del mundo donde más se usan corbatas (el de los negocios) estas aptitudes son trascendentales. No nos extrañaría entonces pensar en algunos genios reconocidos como Steve Jobs o Mark Zuckenberg, que en la mayoría de sus conferencias y momentos importantes visten de forma presentable, pero sin corbatas. Tal vez sea momento para que el mundo replantee sus prioridades.
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