Cuando se pensaba que se necesitaría de complejos algoritmos para lograr que los robots trabajaran de forma eficiente, llegan las hormigas coloradas y cambian todo el panorama. Y es que su curioso plan estratégico tan sencillo como lo son ellas mismas, ha servido para dar guía sobre cómo deberían trabajar las máquinas.
El estudio que lo demuestra fue publicado en la revista Science, y fue dirigido por investigadores de la Georgia Tech. La idea de estos científicos fue la de aprender cómo entrenar robots utilizando la misma estrategia de las hormigas coloradas en su medio. Mediante un sistema de seguimiento automatizado, pudieron observar el comportamiento de los insectos mientras excavaban túneles.
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Las hormigas coloradas se vuelven las maestras de los robots: Naturaleza 1 – Ciencia 0
Colocando un grupo de hormigas coloradas en un nuevo territorio, los investigadores iniciaron su estudio. Se supone que al llegar a un sitio diferente, éstas comienzan a organizarse y trabajar para construir su hogar excavando túneles. Para evaluar constantemente la actividad de los insectos, se les pintó el abdomen con diferentes pinturas de óleo. De esa forma, fueron capaces de determinar la actividad de cada una de ellas.
Mediante cámaras de observación, determinaron un proceso increíble e inesperado. No todas las hormigas coloradas se entregaban al trabajo. Al contrario, apenas un 30% de ellas eran las que adelantaban la mayor parte.Se trató de un grupo de 150 hormigas donde solo 10 o 15 hacían esfuerzos por fabricar los túneles.
A pesar de este descubrimiento tan curioso, los científicos siguieron adelante con su propósito. Una vez establecieron la estrategia de trabajo de las hormigas, comenzaron a implementarla en robots de diseño sencillo. Programaron el mismo sistema para ver cómo les iba.
El resultado fue interesante, pues consiguieron un progreso óptimo y eficiente en su trabajo, siguiendo el estilo de las hormigas. Al final se dieron cuenta de que para realizar alguna acción, no se necesita de una organización compleja en donde todos tengan un papel establecido. Incluso con la cantidad mínima de obreros, si estos trabajan eficientemente, consiguen el resultado esperado.
Seguro hay mucho de lo que la ciencia debe aprender a través de la naturaleza. Y esta ha sido una de ellas. No queda duda de que la respuesta a los problemas más complejos, siempre serán simples y fáciles de seguir, aunque no lo parezca por la dimensión del asunto.
Fuente: RH
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