Una de las claves que es capaz de dar energía, pero por encima de todo, ayudar a frenar el estrés, no es otra más que el ejercicio. Puede sonar cliché y repetitivo, pero es cierto. Sudar ante una rutina o una práctica física disciplinada intensa, tiene incontables beneficios que todos deberíamos de tomar en cuenta.
No por nada en la actualidad hay tantos deportes, tantos programas de ejercicio, y tanta publicidad referente a este estilo de vida. Porque incluso puede llegar a ser una filosofía. Bien lo enseñan los gurús del fitness, quiénes por cierto, siempre lucen felices y relajados cuando les llega el momento. Esto se debe a que el mismo ejercicio les ayuda a liberarse de cargas que normalmente nos echamos al hombro a diario.
El ejercicio es el elemento contrario al estrés, pues ayuda a erradicarlo
Todo esto tiene su explicación tanto científica como fisiológica. En primer lugar, el cuerpo suele activar de manera intensiva su sistema simpático y parasimpático cuando realiza una actividad física ardua. El consecuente despertar de dichos sistemas hace, entre muchas cosas, que se liberen las tan mencionadas endorfinas. Algo que no es más que sustancias capaces de generar felicidad y plenitud en el cuerpo.
Las endorfinas suelen invadir el organismo en situaciones donde particularmente necesitas algo de actividad física. Bien sea con ejercicio puro y duro, o incluso manteniendo relaciones sexuales. La única forma sedentaria de obtener endorfinas es consumiendo cacao, cuyo efecto dura mucho menos que en los casos anteriores.
Por eso el ejercicio ayuda tanto a hacerte sentir mejor, con menos estrés, y más ligero, a pesar de los arduos retos que te esperan en tu día a día. Darle una oportunidad así sea esporádicamente no está nada mal. Incluso sirve como alternativa para esos momentos donde te sientes agobiado y necesitas un escape sano. Todo en pro a la felicidad y la salud constante.
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