El mundo de la agricultura y las ONG ambientales actualmente se encuentran contemplando el resultado de sus miles de investigaciones abogando por la salud y el bienestar humano. Ahora nos encontramos con una posible (y a claras luces, segura) primicia en la que se haga el clorpirifos prohibido en gran parte de Europa. Incluyendo España.
Seguro te estarás preguntando: ¿Clorpi… qué? ¿Eso con qué se come exactamente? ¿Y por qué es algo que tenga que ver con mi salud? Principalmente, porque es algo que por desgracia habrás consumido alguna vez en tu plato de comida sin saberlo. Pero mejor vamos paso a paso para que se entienda.
¿Qué es el clorpirifos?
Así es como se le conoce al insecticida organofosforado comercializado mayormente por Dow Chemical desde comienzos de los años ochenta. Se trata de una sustancia capaz de proteger los cultivos de varios tipos de frutas y verduras. Entre ellos, las naranjas, las mandarinas y los plátanos, donde más se les ha encontrado.
Se trata de una sustancia que recubre a la planta, y, por si no fuera suficiente, también queda patente en sus frutos incluso después de haber sido procesado. Como insecticida, se encarga de eliminar cualquier peste de los cultivos. Y no obstante, tampoco es que sea selectivo; es decir, que afecta no solamente a los insectos. También al resto de los animales que pisan la tierra.
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¿Por qué estará el clorpirifos prohibido en toda la Unión Europea?
He ahí la razón principal por la que quedará el clorpirifos prohibido dentro del territorio de la UE; y por supuesto, en España, a pesar de que se usa ampliamente dentro del país.
Puesto que, cuando hablamos de salud, éste insecticida no es que lo sea de manera flagrante. De hecho, no aporta sino problemas al ser humano, y lo que resulta peor, al eslabón más débil: los niños.
Así lo demostró un equipo de profesores pertenecientes a la Universidad California-Los Angeles. En su estudio, relacionaron el desarrollo del autismo y ciertos daños cerebrales prematuros en los niños habitantes de California, con el consumo de clorpirifos impregnado en los alimentos de su dieta regular.
Durante la investigación, encontraron residuos de clorpirifo en muestras de las personas estudiadas: la leche materna, el semen, la orina, e incluso en la placenta de las embarazadas. Esto fue suficiente para que en este estado, y muchos otros de Estados Unidos, se prohibiera por completo su uso.
Pero no es solamente esto. En Europa también se están encontrando residuos de clorpirifos incluso en lugares donde su uso en los cultivos está prohibido. Ejemplo de esto es un reportaje proveniente de Dinamarca; mismo en el que se señala la relación entre el clorpirifos y el desarrollo del trastorno por déficit de atención e hiperactividad en los infantes.
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En el 2020 la industria de insecticidas recibirá un fuerte golpe con el clorpirifos prohibido en la UE
Las prohibiciones que muchos países de Europa (Alemania, Irlanda, Suecia y Finlandia) han implementado desde hace ya varios años atrás, ahora se harán generales para toda la UE. Se estima que para enero del 2020, cualquier insecticida con clorpirifos como principio activo, quedará vetado del territorio europeo.
En España este químico es de los más usados en los cultivos. Tan solo en el período del 2015 al 2017, El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social se encontró en 400 muestras de 4.677 provenientes de cultivos españoles. De la misma forma, identificaron 100 diferentes tipos de productos del rubro agrícola en donde se presenció el químico.
El clorpirifos prohibido como estará no hace la gracia de las grandes compañías químicas
Los principales afectados ante esta resolución será por supuesto Dow Chemical, una de las empresas químicas más grandes conocidas; así como todas sus ramas en el territorio europeo. Tampoco hace las gracias del entorno sanitario.
Desde hace muchos años se le considera como uno de los principales responsables de menospreciar las alarmas emitidas en informes científicos sobre los peligros del clorpirifos.
Habiendo casi monopolizado el mercado frente a este producto en particular, no sería de extrañar un movimiento parecido. Ahora se van a enfrentar a la dura realidad en donde se prima la salud de los niños, por encima de la necesidad de comercio.
Con el avance consecuente de estudios científicos y la promoción de la salud, este camino era inevitable. Los químicos y su presencia en los alimentos se consideran otra forma de contaminación que nos afecta directamente como seres humanos.
La situación se vuelve aún más apremiante cuando son los pequeños quiénes se llevan la peor parte de las consecuencias. Bien sabemos que existen muchas complicaciones de salud que pueden tener de origen el consumo continuo de elementos que ignorábamos dentro de nuestra dieta.
Hasta ahora queda bastante claro que la Unión Europea tomará cartas en el asunto. Quedará verificar en las siguientes décadas los efectos positivos que el cese en el uso de este producto generará dentro del territorio.
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