Estar mucho tiempo sentado puede ser contraproducente para el cerebro

Sentado
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Es sabido que pasar mucho tiempo sentado puede incrementar el riesgo de padecer dificultades metabólicas, coronarias y de muerte precoz. Sin embargo, las conclusiones de nuevos estudios apuntan que aparte del riesgo para el bienestar físico, estar por mucho tiempo sentado puede  perjudicar el cerebro, específicamente el área relacionada a la memoria.

Los expertos convocaron a 35 personas en edades de 45 a 75 años para realizar el estudio. Les consultaron cuánto tiempo estuvieron sentados y cuanto ejercicio habían hecho la semana previa.

Seguidamente, a cada persona se le realizó un escáner cerebral minucioso, que suministraba una observación cercana al lóbulo temporal medial. Es una zona del cerebro que cumple una función esencial en la creación de nuevos recuerdos.

Los expertos hallaron que las personas que permanecieron sentados más tiempo poseían sistemas cerebrales más finos. A su vez hallaron que el ejercicio, incluso en gran cantidad, no reparaba el mal.

Luego de adecuar las edades de los encuestados, los investigadores descubrieron que cada hora extra de sesión al día promedio. Se relacionada con un descenso del 2% en la anchura del lóbulo temporal medial.

Estar sentado vs sedentarismo

El estudio refleja que una persona que permanece sentada 15 horas diarias, poseía un lóbulo temporal medial 10% más fino, comparado con una persona de la misma edad, que se sienta 10 horas.

Los expertos aseguraron que un lóbulo temporal medial de dimensiones deficientes podría significar un aviso alarmante para problemas de memoria en posteridad. La recomendación es seguir actividades que neutralicen el sedentarismo.

El análisis no demuestra que sentarse dañe al cerebro, pero si destaca un vínculo entre estar mucho tiempo sentado y tener sistemas mas finos en el lóbulo temporal medial. El motivo del vínculo es dudoso, pese a que los expertos conjeturan que el sedentarismo podría promover la inflamación cerebral.

Asì como también puede estropear la habilidad del cerebro para crear nuevas células y vasos capilares.