Muchos nos tomamos a juego a los despechados cuando dicen que son capaces de “morirse por amor”. Pasa lo mismo en los viudos que han perdido físicamente a su pareja. Sin embargo, quizás después de este estudio, la mayoría se lo piense dos veces antes de tomarlo como una exageración. Y es que más que metáforas, esta expresión se ajusta bastante bien al riesgo que pueden tener los individuos que enviudan de morir a causa del daño que recibe su corazón, no sólo en un sentido psicológico.
Un estudio realizado en la Universidad de Rice, ubicada en Texas, USA, nos ofrece una visión más objetiva y técnica respecto a este caso. Y es que, al parecer, las personas viudas suelen tener un incremento en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, comparado a aquellos de su misma edad que no han pasado por semejante golpe emocional. El estar frente a una situación altamente estresante y prolongada pudiera ser el factor principal.
Los mecanismos que afectan al corazón en los viudos no son solo psicológicos
La razón por la que ocurre esto no es más que una serie de procesos anormales desencadenados por el mismo organismo ante el impacto de una pérdida, y el afrontamiento de un duelo bastante profundo. Dentro de ellos, los investigadores identificaron el incremento de citosinas pro-inflamatorias en el torrente sanguíneo. Y no solo esto, sino también la poca variabilidad de la frecuencia cardíaca.
Dicho de una manera más sencilla, en los primeros tres meses de duelo, hay mayores procesos inflamatorios dentro del cuerpo. Esto, aunado a un ritmo cardíaco invariable y desajustado, puede generar daños en la estructura orgánica del corazón. Así como su funcionamiento. Resultando en enfermedades que incluso resultan mortales en algunos casos.
El estudio estuvo centrado en una muestra no tan amplia de 32 personas. Individuos quiénes habían enviudado recientemente, y otro grupo control de 33 individuos cuya vida transcurría con normalidad. Comparando los resultados entre ambas muestras, se evidenció que aquellos que formaban parte de los viudos, presentaban en un 41% la invariabilidad de su frecuencia cardíaca. Así mismo, también tenían un 5% más de citosinas pro-inflamatorias como los es la Interleuquina-6.
Todos estos factores demuestran el impacto real y orgánico que puede desencadenar un proceso psicológico como lo es el duelo por la pérdida de una pareja. Ahora se sabe que no se trata sólo de afrontar una posible depresión transitoria en el caso de estas personas. Sino también de mantener un control en su salud cardiovascular con el fin de prevenir eventos cardiovasculares lamentables.
Fuente: Psyneuen Journal
(También te puede interesar: El turismo es tan dañino como una fábrica de desechos para el ambiente)
