Robots e inteligencia emocional

Emocional
Emocional

La gran pantalla tiende a revelar muchos adelantos tecnológicos previos a su llegada al mundo actual. Ese es el caso puntual de la inteligencia emocional de las máquinas. Cintas como Yo, Robot o Ex Machina presentan una realidad en la que los robots pueden comprender, asimilar y actuar en consecuencia a los sentimientos humanos.

A pesar de que aun no se ha logrado proveer a las máquinas de estos dotes, falta poco para ello. Existen diseños en los que laboran expertos y compañías para elaborar programas que develen y descifren sentimientos.

Ha quedado demostrado que los robots son capaces de poseer la misma inteligencia emocional de los humanos y hasta ir por encima de la misma.

Al no poseer emociones los robots, los coloca en un lugar aventajado. Entretanto, los humanos están impedidos de hacer juicios por ser subjetivos, los robots son íntegramente objetivos.

Gracias a eso, ellos no van a tener malentendidos por sus ideas, así como tampoco se dejaran llevar por mentiras. A lo opuesto que suele creerse, esta pericia es básicamente comportarse racionalmente, dejando de lado ímpetus y sentimientos.

Otro punto a favor de las máquinas es su percepción. En el área de la computación afectiva se emplean sensores que registran pistas que develan el ánimo de una persona.

Los gestos del rostro, la actitud corporal, las inflexiones en el tono de voz y la tensión muscular son unas de las variantes a tomar en cuenta.

Empleados felices

El estado de ánimo de los trabajadores de una empresa define su productividad laboral. No obstante, el jefe no está al cabo de saber si los empleados están molestos o tristes.

La compañía emergente Humanyze inventa alternativas tecnológicas que les simplifica la labor. Sus promotores científicos, elaboran instrumentos provistos de sensores capaces de detallar el aspecto de los humanos.