Libby Osgood una Ingeniera espacial de la NASA abandonó todo para convertirse en monja católica. Laboraba como ingeniera aeroespacial en la NASA; y como pedagoga en una universidad de Estados Unidos, hasta que resolvió abandonarlo todo para ingresar al mundo religioso.
Osgood reveló que tomó un espacio sabático en su compromiso como profesora de la University of Prince Edward Island para centrarse en su noviciado. Igualmente posee un doctorado en ingeniería mecánica y ha impartido más de 12 charlas sobre su especialidad.
Trabajó como ingeniera de sistemas en la NASA. Su principal función era certificar que los científicos rellenaran los papeles precisos para comprobar que un satélite se expulsara como estaba programado.
Fue progresando profesionalmente. Sin embargo, no divulgaba ni practicaba su fe en el trabajo. Debido a que este era un asunto poco conversado abiertamente. Inclusive se colocaba debajo de su uniforme reglamentario un crucifijo que heredó de su abuela.
En el año 2010, Libby Osgood retornó a Canadá y se apostó en la ciudad de Charlottetown, donde la NASA posee una estación espacial. Allí emprendió la enseñanza en la University of Prince Edward Island. La joven narró que sintió respaldo por la comunidad católica de Charlottetown y que esto la animo a no tener desconfianza para hablar sobre su fe.
Una ingeniera espacial y religiosa de corazón
En el año 2012 comenzó a reflexionar sobre el llamado a la vida religiosa. Una de las experiencias que selló su fe y la motivó decidirse respecto a su vocación, floreció cuando el hermano jesuita Guy Consolmagno visitó la ciudad, doctor en Ciencias Planetarias, astrónomo y director del Observatorio Vaticano.
Cuando lo escuchó Libby logró ampliar su mente a la idea de que la ciencia y religión consiguen convivir. Admitió que dudaba sobre convertirse en religiosa puesto que le gustaba mucho la ingeniería. Sin embargo, se dio cuenta de que podía ser una ingeniera y una monja simultáneamente.
Cuando ella informó su decisión de transformarse en religiosa, otros científicos que creían en Dios le expidieron mensajes de apoyo. La religiosa declaró que quizá haya un cambio radical en la transición entre la enseñanza de las ciencias y vivir en un convento.
“Me siento tan llena. Siento como si antes tenía muchas piezas de rompecabezas aisladas y en este momento todas encajan. Con la perspectiva de la ciencia y la religión, estoy ahondando en mis dos efusiones y viendo cómo otras personas las han fusionado”, expresó.
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