Los lácteos podrían ser más beneficiosos de lo que la gente piensa. Quizá la historia que los sataniza por tratarse de un alimento que debería consumirse “sólo en la infancia” quede atrás, gracias a un nuevo estudio. Un nuevo estudio que comprueba lo bueno que le hace a nuestra salud el consumir cierta cantidad de productos lácteos al día.
The Lancet se hace eco de esta noticia, describiendo el estudio observacional global que realizó un grupo de científicos. Usando una población de más de 136.384 personas con edades comprendidas entre 35 y 70 años, distribuidas en un total de 21 países, encontraron una relación interesante. Y es que aquellos que ingerían lácteos normalmente pertenecían a la tasa con menor cantidad de enfermedades del corazón, así como de mortalidad.
De forma concreta, las personas que solían comer al menos tres porciones compuestas por los lácteos, demostraban una tasa de mortalidad más baja. De la misma forma, presentaban menos enfermedades cardiovasculares, en relación con las personas que casi no consumían estos alimentos.
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Desde mucho tiempo atrás, se sabía que los lácteos eran buenos para la salud
No sería la primera vez que se muestra un estudio relacionado a este tema. La discusión de la investigación actual, hace comparaciones con otros metaanálisis realizados en investigaciones distintas, con fechas más antiguas. En ellas, se establece lo mismo.
Entiéndase una porción de alimentos lácteos como lo equivalente a 244g en un vaso de leche y un yogur; 15g dentro de una pieza de queso y 5g de una cucharadita de mantequilla. Así, se estableció el consumo a lo largo del tiempo utilizando herramientas de cuestionario para ello. Cada uno adaptado al esquema del país estudiado.
La investigación tuvo un promedio de 9.1 años de duración. Dentro de él, se contaron como datos relevantes al menos 5.855 alteraciones cardiovasculares y hasta 6.796 muertes. Los productos lácteos que destacaban como influencia para la baja prevalencia de estos eventos en el grupo correspondiente eran aquellos enteros. No se contaron los que se identificaban como los lácteos bajos en grasa.
Algunas de las conclusiones suponen que el contenido de los lácteos influye para que sirvan como alimentos beneficiosos. Entre ellos, las vitaminas K, el calcio, el magnesio así como el potasio. Sin embargo, ahora es necesaria una investigación del por qué son beneficiosos, para así entender el panorama al completo.
Fuente: The Lancet
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