Un análisis del patrón sanguíneo de la Sudario de Turín ha revelado que no hay absolutamente ninguna manera en que las manchas puedan haber sido hechas por un cuerpo tendido sobre la tela. Un par de investigadores han descubierto que las manchas parecidas a la sangre en el lienzo son inconsistentes entre sí. Algunas solo pueden haber ocurrido cuando una persona está de pie, mientras que otra es completamente irreal.
La famosa longitud de la tela, que lleva la imagen de un hombre, ha sido considerada por mucho tiempo como la tela que una vez envolvió el cuerpo del mascarón cristiano Jesús de Nazaret. Se dice que la huella se transfirió durante los tres días en que su cuerpo fue enterrado.
El análisis científico aún no ha dado una respuesta sobre cómo se creó la imagen en la tela. Pero varias manchas rojizas consistentes con las heridas de crucifixión reportadas de Jesús de Nazaret contienen óxido de hierro. La cual que podría ser de pigmento, o podría ser de sangre. sudario de turín
Debido a que la evidencia de la autenticidad del sudario ha sido tan poco concluyente, ha habido un interés científico reciente en el uso de técnicas forenses para investigarlo. Aquí es donde entran en escena el antropólogo forense Matteo Borrini de Liverpool. John Moores University en el Reino Unido. Además, el químico orgánico Luigi Garlaschelli del Comité Italiano para la Investigación de Reclamaciones de las Pseudociencias.
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¿Cómo realizaron la prueba?
En lugar de probar la sustancia en sí. Los investigadores usaron un sujeto vivo y un maniquí para analizar el flujo de sangre en las heridas de la mano izquierda, los antebrazos. sudario de turín
La técnica se llama Análisis del patrón de manchas de sangre; para esto, usaron dos tipos de sangre. Sangre humana donada para la investigación y sangre sintética con las mismas propiedades de fluidos.
Los investigadores estudiaron el flujo para diferentes posiciones: en el dorso de la mano en contacto con la madera. Para observar el patrón que queda en la mano. Además, el antebrazo izquierdo, con sangre goteando de la mano, en posición de pie, y de nuevo en posición supina (acostado boca arriba) con la mano cubriendo la ingle.
La prueba de la madera no fue concluyente, pero las pruebas de flujo de sangre muestran que la cubierta es un desastre. Para empezar, los goteos en la parte posterior de la mano y el flujo a lo largo del brazo se produjeron en dos ángulos completamente diferentes.
Los goteos de la mano como se ve en el sudario ocurrieron en las pruebas con los brazos en un ángulo de 45 grados. Pero eso no funciona para la supuesta posición del cuerpo.
La herida de la lanza sangraba en una dirección consistente con la imagen de la Sábana Santa cuando el sujeto estaba erguido. Como ocurriría si la víctima fuera perforada mientras colgaba crucificada. Pero con una diferencia clave: formaba riachuelos en lugar de una mancha sólida.
Suponiendo que las manchas rojas en el lino de Turín en realidad son sangre de las heridas de la crucifixión. Los resultados de los experimentos demuestran que los supuestos patrones de flujo de diferentes áreas del cuerpo no son consistentes entre sí.
