Quién pensaría que el virus del Zika no sólo sería una enfermedad odiada y tediosa con la cual lidiar, sino además, la clave para curar el cáncer. Quizá nadie, pues como recordamos, desde la llegada del virus a más países en Latinoamérica, lo único que se conoce de él son males incordiados. Ahora, la medicina moderna podría estar a punto de cambiar ese punto de vista.
El virus del Zika, transmitida por el mosquito Aegedes aegypti, es responsable de malestares tediosos, y dolores musculares que afectaron los pasados años a una buena parte de la población latina. Ahora, como si quisiera redimir todo ese mal causado, también tendría un lado positivo: ayudar a combatir el cáncer.
Pero un tipo de cáncer bastante específico, y agresivo. Nos referimos al Glioblastoma Multiforme, que es conocido como una de las enfermedades menos tratables en la actualidad. Todo gracias a su constante crecimiento, indetenible en la mayoría de los casos.
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El virus del Zika vs el Glioblastoma Multiforme
El origen del mal del Glioblastoma Multiforme se debe a que este tumor basa su crecimiento en un tipo específico de células madre. Las células madre del glioma, que son así conocidas, se hacen prácticamente imposibles de detener en su crecimiento constante. Aún tras sesiones de quimioterapia y cirugía, generalmente el cáncer vuelve a aumentar su tamaño.
Un panorama que está a punto de cambiar; gracias a los estudios publicados por un grupo de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Texas. Tras tiempo analizando material importante; se dieron cuenta de que el zika podía servir como un factor esencial para detener el crecimiento del Gioblastoma.
La causa de que este virus produjera en los recién nacidos microcefalia, es la misma por la que es el arma letal contra este cáncer. Básicamente, la capacidad del virus de atacar las células neuronales del encéfalo en los fetos, fungiría como método para combatir a las células madre del glioma.
La hora de la verdad
Esta premisa ha sido probada en ratones y primates para comprobar la hipótesis planteada. Un ensayo de vacuna, con el virus atenuado, fue inyectado directamente al cerebro de los animales. Tras esto, no se evidenció ninguna alteración que dañara el organismo. Lo que es remarcable es que, al momento de desarrollar Glioblastoma Multiforme, el crecimiento de los tumores en las criaturas resultó ser notablemente más lenta.
¿Sería el comienzo de una auténtica vacuna contra el Glioblastoma Multiforme? ¿O quizá un nuevo método de tratamiento a base del virus del Zika? Todavía la capacidad de ayudar de esta enfermedad está en estado de prueba. Se necesitarán muchos más experimentos y estudios para determinarlo.
Sin embargo, es innegable que significa un paso alentador para por fin darle solución a esta enfermedad tan problemática.
Fuente: Xinhuanet
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